martes. 16.04.2024

pau

(Foto: COE/Diego Souto)

La mejor selección española de la historia se despidió con una victoria agónica. Un triunfo cimentado en un jugador de leyenda. Pau Gasol, 31 puntos y un compromiso sin límite (más allá del inexorable paso del tiempo) con un equipo que lleva su impronta.

El partido tuvo todos los elementos del mejor thriller. Todo iba bien, España estaba enchufada, sostenida por Mirotic y Pau, y llegó a ponerse de doce (40-28). Pero los australianos son guerreros, España se desconectó -como en los partidos perdidos en la fase de grupos que abocaron a los de Scariolo al cruce con Estados Unidos. Al descanso, ajustado 40-38. El partido empezaba de nuevo.

Y empezaba bien para Australia, cuyo acierto anotador empezó a inquietar. Pero estaba Pau, completando jugadas de sus compañeros, haciéndose dueño de la zona para capturar los rebotes, palmeando. Al final del tercer cuarto, 67-64.

Nikola Mirotic quedó KO, Australia siguió anotando, olfatearon cierta debilidad en España. A partir de ahí, un desenlace agónico, con alternativas en el marcador. A 28 segundos del final, falta sobre Pau, que anota los dos tiros: 87-86. Canasta de Australia  a 9,7 segundos del final. 87-88. Sergio Rodríguez fuerza una falta personal. Anota los dos lanzamientos a 5 segundos. 89-88.

España sabía que, esta vez, no podían fallar. Que era a vida o muerte. Que era el último acto de la generación de oro (Pau, Felipe, Navarro, Calderón) como deportistas olímpicos. Apretaron los dientes y defendieron la última jugada como si les fuera la vida en ello. 

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(Foto: COE/Diego Souto)

Bronce para la generación de oro